26 mayo 2006

A 50 años del debut de Cabito

“Seré siempre un agradecido al atletismo”
Un día 25 de mayo, en una Maratón al cual representó al club Vélez Sarsfield, comenzó a tejer una de las historias más bonitas del atletismo, en la cual el destino dio un paso fundamental al marcar el camino de Horacio Américo Cabito, el rumbo hacia la Patagonia, más precisamente Puerto Madryn hace ya cerca de 33 años.
Cincuenta años atrás “jamás hubiese pensado que le dedicaría toda una vida a este deporte. Uno siempre tiene fe y esperanza pero la vida depara muchas cosas que no puede adivinar el futuro.

“Comienzos”
Su historia comenzó cuando “por el amor al deporte e intentando hacer varias disciplinas. Pero muchas veces por cuestiones de trabajo o diversos problemas fueron quedando de lado. Trabajando en Buenos Aires en el oficio que me acompaño toda la vida y con un compañero de trabajo nos decidimos a realizar una actividad deportiva. La idea era hacer algún deporte, hasta que llegué al club Vélez. Él se fue y yo me entusiasmé, más cuando me di cuenta que era un deporte individual y que dependía solo de mi persona. Encontré gente buena y ahí nació una amistad, empezaron los torneos, las competencias y ya no pudo dejarlo más. También hice boxeo durante seis meses, deporte que me gusta mucho. Al final y con el tiempo, seguiría solo en la disciplina, aunque el deporte me llevó a conocer a un millón de amigos.

“Entrenamiento poco exigente”
Acotó “el entrenamiento no era tan exigente como los que se hacen en estos tiempos. Con tres días a la semana eran suficientes, solo necesitábamos un pedazo de tierra bajo las tribunas del club y algo de calle porqué en aquel entonces no había tanto tránsito, Recorríamos unos cinco kilómetros como fondo o alrededor de la cancha de Vélez, pero no había muchas comodidades, pero era todo corazón. Ya nos habíamos compenetrado en este deporte y de aquella primera carrera de 10 kilómetros, empezamos a participar de todos los torneos ya que se realizaban competencias denominadas “Copas Conjunto”. A veces tenía que correr postas de 400 o carreras de 800 metros o 1.500. Solo había que correr”.

“Puerto Madryn”
Cuando llegué a Puerto Madryn fue toda una sorpresa. En Buenos Aires comprabas el diario y sabía que tenía donde elegir para competir incluso sábado y domingo. Cuando llegué acá, nadie conocía o realizaba este tipo de deporte, ya que ni siquiera había una Dirección de Deportes. A pesar de todo seguí entrenando, hasta con Dardo que era chiquito como acompañante en muchas ocasiones. Apareció la señora de Moreno y con ella, gran trabajadora comenzamos a hacer carreras donde colaboré compitiendo. Después me puse a formar chicos que fueron tomando cariño a la vieja pista de Atletismo que estaba ubicada en el Barrio de las 630 Viviendas. Era una pista improvisada que tenía sus medidas reglamentarias. Esto me permitió conocer incluso al Profesor Grilli. De a poco con mucho sacrificio fueron llegando personas de todas las edades, lo que permitió que de aquellas dos o tres carreras anuales, se pudiera realizar un calendario con muchas más fechas. Hoy y a traves de distintos torneos nacionales podemos ver como participan y se lucen un montón de chicos que trabajan en la Pista Municipal, pero por aquel entonces, también tuvimos muchos nombres y apellidos que dejaron todo en cada entrenamiento logrando importantes lauros a nivel nacional como Leo Garay, Diego Carmona, Sandra Amarilla, Lidia Ojeda por dar algunos nombres”.

Un monumento de plena actividad
Cabito señaló que ha vivido momentos de tremenda emoción. Uno, que a Gimnasio lleno se lo denominara como el “Padre del Atletismo” y la otra que desde la casa mayor del pueblo se denomine a la Pista Municipal con su nombre. Son dos emociones distintas. La primera fue una emoción que no me esperaba. Y esta es un recuerdo que quedará por siempre para mis hijos, para mis nietos. Uno intentó hacer las cosas bien durante toda una vida, ser un hombre de bien. No hice esto para que se me reconociera porqué puse el corazón. Solo quiero agradecer a quien creyó que me merecía semejante homenaje. Semejante reconocimiento. Fue un día increíble, al sentirse reconocido. Solo quería decir mil gracias a todo. Esto se lo debo a mi familia que son quienes me ayudaron y mancaron toda una vida. A los atletas que son amigos más que atletas, porque ellos son la motivación para que pueda seguir si Dios así lo quiere sintiendo que hay Cabito por 20 años más”.

Atrás como un presente quedan cincuenta años de historia viviente, con dos Campeonatos Mundiales, tres Sudamericanos, 22 años compitiendo en Torneos Argentinos, títulos, trofeos, el nacimiento de un Círculo de Atletas Veteranos, reconocimientos de toda índole y por siempre enclavado en nuestra ciudad una Pista Municipal con el nombre de Horacio Américo Cabito, “El Padre del Atletismo".

Por Horacio Adaro para Diario de Madryn